Las rivalidades en el mundo del fútbol puede clasificarse en diversidad de sectores. Religión, política, situaciones demográficas, sucesos directos entre ambos o simplemente historia.
Inglaterra, madre patria del fútbol. Allí, evidentemente, se producen todo tipo de rivalidades. Una de ellas en la colapsada capital de Londres. Una de las ciudades europeas con más equipos de fútbol por metro cuadrado tendrá este fin de semana una nueva edición.
Dejando de lado la Premier League, en la Championship Inglesa, se llevará a cabo uno de los encuentros más calientes, tensos y considerados de alto riesgo que se pueden vivir en el fútbol británico.
West Ham – Milwall. Este de la ciudad de Londres. Dos de las consideradas hinchadas más peligrosas y conflictivas del fútbol inglés, cuando se enfretan sus respectivos equipos entre sí, presentan una situación de conflicto social preocupante, reforzando las comunes medidas de seguridad y creando un ambiente tenso que adquiere galones de foco central de atención mediática.
La metalurgia, industria dedicada a la producción y al tratamiento del metal, en la capital londinense hizo que en la década de los años sesenta una huelga del sector metalúrgico quebró y dividió en dos, dando como resultado una lucha social que sobrepasaba incluso los enfrentamientos laborales.
Uno de los resultados de aquel revuelo fue el apoyo a dos equipos de fútbol que sobre el césped crearían un nuevo frente entre ambos grupos sociales. El carácter hooligan dentro del fútbol británico era la escusa perfecta para seguir adelante con un enfrentamiento histórico, una lucha social que este fin de semana volverá a atraer la atención del espectáculo tenso que muy seguramente se llevará a cabo en Upton Park.
Un duelo que no tiene tintes políticos, como puede ocurrir en otras institucionales del viejo continente. Importancia en lo territorial, ya que son dos equipos londinenses. Importancia en lo laboral, por el enfrentamiento del sector metalúrgico.
Ambos defienden allá por donde van sus colores, sus sentimientos. La afición del Milwall es considerada por muchos una de las más peligrosas por su violencia presencial en muchas ocasiones. El propio sector hooligan, evidentemente no hay que meter en el mismo frasco a toda la afición, es conocedor de su carácter violento, de su imagen a nivel nacional e internacional y parece ser que lejos de maquillar siguen dando pasos para acentuar su imagen de afición conflictiva.
Un partido de fútbol que adquiere galones de conflicto, que adquiere la tensión necesaria para que se centren todas las miradas, las deportivas y las morbosas, sobre un encuentro que generará durante lo largo y ancho de noventa minutos un espectáculo que, lejos de lo que ocurra sobre el terreno de juego, estará muy seguramente en las gradas en los más que probables enfrentamientos y cánticos entre ambas aficiones.
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